Como y como no podría ser de otra manera el mundo de la estiba nos vuelve a demostrar que hay topicazos socio-económicos que no hacen más reafirmar el concepto que algunos tenemos sobre lo que se dice ser o querer ser y lo que en realidad se es o conviene ser y explico este trabalenguas, para que todos entendamos.
No hace muchos años tuvimos que asistir al penoso espectáculo de ver como desde la cúspide del sindicato mayoritario se nos aleccionaba sobre la “verdades” de los movimientos socio-económicos. Eran aquellos días de: “el estado es malo, nos roba, no paga y las pobres empresas lo tienen que poner todo”, “buuuuu, fuera estado malo, no te queremos, buuuuu, fuera”. Eran esos días de plena exaltación liberal donde solo falto que nos colaran una estatua de Adan Smith en pleno salón de listería para que lo adoráramos y besáramos cada día que por allí pasáramos, como quien agradece la vida a su salvador. Eran días aquellos de: cuando nos separemos del estado y negociemos solo con las empresas llegaremos a la total paz social y los prados serán siempre verdes donde pasten vacas gordas que recitaran a Góngora, flanqueados por cerdos límpidos e impolutos que hablan de Nietzsche y todo ello bajo un perpetuo tibio sol que lo baña todo bajo una cálida luz de saturado amarillo, bello es idílico paraje sin duda que solo es posible en la calenturienta imaginación de un pequeño infante.
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