Cuenta la leyenda bíblica que Esaú, hijo mayor de Isaac y
Rebeca, vendió a su hermano Jacob, sus derechos como primogénito a cambio de un
plato de lentejas. Un precio bastante bajo para un derecho que en la época (y
aún hoy) es considerado muy importante en algunas sociedades. Un precio que,
quizás, Esaú pagó pensando más en el corto plazo, en la recompensa fácil, que
en el futuro a medio y largo plazo.
Viene bien este
relato que aunque bíblico nos deja como moraleja la importancia que tienen los
derechos que se han adquirido legítimamente, o que se han alcanzado a través de
la lucha y tesón de una persona o colectivo. Además de mostrarnos que estos
derechos deben ser defendidos como lo que son: “DERECHOS” y no ser devaluados
por el mejor plato de lentejas que se nos pueda presentar, por mucha que sea el
hambre que podamos tener.
Pero, ¿cómo encaja este relato en el discurrir de los días
en el puerto de Santa Cruz de Tenerife y más concretamente en la estiba
portuaria del mismo? La cosa no es sencilla de explicar por aquello de que se
pueden herir algunas sensibilidades, es por ello que trataremos de ser muy
escrupulosos en la explicación de lo ocurrido.
La cosa es que los estibadores de Tenerife veníamos, hasta
hace bien poco, por estas fechas, obsequiándonos a nosotros mismos y a nuestros
jubilados con la correspondiente “cesta” de navidad para regocijo de la
“parroquia”. Esta iniciativa tenía de interesante que era un obsequio “patrocinado”
por los estibadores, para estibadores y jubilados de la estiba y con ello no
debíamos nada a nadie, o sea, nadie nos lo podía echar en cara y esto, como
pueden imaginar, siempre puede ser una ventaja.
La cosa es que desde que comenzó la jodida crisis, y con
buen criterio, se decidió suspender esta iniciativa por un tiempo, porque los
fondos sociales no daban para más y también se entendió que el dinero de los
mismos bien podría servir para necesidades más acuciantes tanto de compañeros
en activo, como de compañeros jubilados. Así fue hasta las navidades de este
año, fechas en las cuales se nos sorprende con un obsequio en forma de gran
cesta (todo hay que decirlo) muy propia de estas fechas, con una importante
“carga” de obsequios en forma de turrones, golosinas, bebidas espirituales (la
conejada eufemística de las fábricas de bebidas alcohólicas), en cantidades
generosas y de buena calidad. Tanto es así que la caja en cuestión venía
provista de su correspondiente par de ruedas tipo “trolley” para poder
desplazar con más facilidad su volumen y peso.
Vaya por delante nuestro más sincero agradecimiento por
semejante obsequio, pues es de bien nacidos ser agradecidos, agradecimiento que
es del todo sincero, no lo duden, pero haciendo mías las palabras de una
persona con la que tuve el placer de hablar no hará mucho, persona con la que
tengo puntos de vista bastante divergente en según qué cuestiones, pero que si
convergemos en lo que sería más importante, que es sacar esta sociedad de
estiba adelante y con ello también a nuestro puerto., pues como decía, haciendo
mías sus palabras solo me resta decir aquello de: NO ERA EL MOMENTO. Pero por
qué no lo era o por qué no lo es. En primer lugar, si este obsequio es una
iniciativa que no conlleva contrapartida alguna, entonces no es el momento
porque nuestra sociedad vive en la actualidad una situación LÍMITE, porque hay
gente en la calle que pasa hambre y hablo en sentido literal, hay gente en
Canarias que pasa hambre, hay gente en Canarias que tiene hijos que pasan hambre,
hay gente en Canarias que están pasando necesidad, que no tienen casa, en
resumen, que no tienen esperanza, luego por todo ello, NO ERA EL MOMENTO, y no
lo era por mera solidaridad, con los necesitados.
Nosotros los estibadores, a pesar de las “penurias” que
estamos pasando, todavía tenemos trabajo y por ende todavía tenemos esperanza. Entendemos
que deberíamos mostrarnos más solidarios con los que sufren por medio de gestos,
cuando no de acciones, que nos muestren como trabajadores y como ciudadanos que
saben del sufrimiento de nuestros compatriotas y se solidarizan con ellos en
estos momentos tan duros, por eso entendemos que no era el momento y que quizás
era más la ocasión para un gesto, para una acción, para una iniciativa
solidaria, no sé, quizás donar esa cantidad de dinero a los más necesitados,
cualquier cosa que nos presentara como colectivo solidario. Por eso cuando veo
la caja no es que me trasmita demasiada alegría, precisamente.
Bien, dicho esto y en otro orden de cosas, y referente al
tema de las cestas, hablaba de la particularidad de que este obsequio fuera un
regalo sin contrapartida y repito aquello de que no sería un buen momento para
tal obsequio. Pero qué hay de lo que se comenta, de los rumores que se oyen y
que dicen que este regalo es una contrapartida ante la “exigencia” (¿?) de un
derecho como sería la equiparación salarial con la subida del IPC anual,
equiparación que llevamos toda la crisis, y algo más, sin que se produzca. Bien
ante esta segunda opción bien me viene el principio de este escrito, aquello de
la historia de Esaú y Jacob, que sería ahora cuando encaja en él.
Bien, cambiar derechos por comida, este sería el resumen de
la historia en ambos casos. Esaú lo hizo por un plato de lentejas y el comité
de empresa lo habría hecho (a falta de confirmación) por una cesta de navidad.
Algunos estibadores tenemos por costumbre, en tertulias
informales de calle o a pie de muelle, definir al mayoritario por algunos
motes, esto es algo reciproco, me consta, además de ser absolutamente normal en un gremio como es la
estiba portuaria. Algunos hablan de LA RECAUDADORA, y otros hablamos de LA GESTORÍA
y es este segundo el que define con mayor exactitud (en mi modesta opinión) las
maneras en las negociaciones que vienen desplegando los compañeros afiliados al
mayoritario y que forman parte de la comisión de negociación del comité de
empresa.
Presentarse en una reunión de paritaria no debe ser algo
fácil de llevar, es mucha la responsabilidad que conlleva, por ello entiendo
que lo importante es tener una buena “caja de herramientas” para afrontar los
problemas y discrepancias que se puedan presentar en el momento del encuentro
en cuestión. Como toda buena caja de herramientas, ésta debe ir bien provista con
un número adecuado de utensilios, que sean del todo útiles y muy prácticos, por
eso, nada de saturación, nada superfluo, nada bello y arquitrabado a la vez que
poco práctico. No sé, por hacer un pequeño listado quizás: mucho sentido común,
rápida capacidad de análisis, un buen glosario de argumentos y mucho de firme convicción
de cuáles son las fronteras que no se deben rebasar y por tanto cuales son los
derechos a defender.
DERECHOS, este sería el eje vertical del sistema “ortonormal”
sobre el que debería equilibrarse una estrategia sólida en materia laboral. Derechos
y no cantidades, ese sería un mantra a repetir, que daría sentido a nuestra
demandas y/o reclamaciones. Por eso desde el punto de vista sindical se
negocian derechos y algunos de ellos llevan aparejados cantidades, siendo el
primer objetivo y prioritario, el derecho y el resultado colateral, la
cantidad. Por el contrario, desde el punto vista de una GESTORÍA (de ahí el
mote) el derecho pasa a ser algo
irrelevante y cobra protagonismo la cantidad, siendo esto así, dicha cantidad
puede ser motivo de regateo (digo regateo que no negociación) tipo zoco turco, de
trueque, de cambio o de subasta al mejor postor. El problema de obrar de esta
segunda manera es que los derechos quedan devaluados y pasan a ser mercancía y
como tal tratada en un mercadeo más propio de países islámicos donde el comercio
se entiende de una forma bastante informal.
Por todo ello, entiendo que cambiar (si fuera cierta la afirmación
que comenta que este tema fue anunciado en asamblea, asamblea de COORDINADORA,
por supuesto, pues no todos los trabajadores fueron convocados a ella.) derechos
por cestas es un mal “negocio”, pues degradas el valor de un derecho y lo
equiparas al que pueda tener dicha cesta, por muy grande y apetitosa que esta
pudiera ser, pero que aún así, no llegaría a cubrir el significado que puede
tener el reconocimiento de una derecho consolidado.
Debemos tener muy presentes que los sindicatos demandan
derechos, las gestorías demandan cantidades.
Felices fiestas y que la crisis y el gobierno del PP pasen
muy rápido.
Saludos.
Pues no se si alguien se habrá fijado en la etiqueta del precinto.Es para fotografiarla. "ESTIBADORES DE TENERIFE" les desea felices fiestas. Si es como nos han dicho en la asamblea,debería de poner SESTIFE-SAGEP les desea felices fiestas.
ResponderEliminarEsto tiene toda la pinta de que se han pagado del FSP.En fin, tarde o temprano se sabrá la verdad.
En este caso,2 vecinos del barrio donde vivo celebrarán la nochebuena con algún turrón y algun embutido,brindando con rioja ,cosa que agradezco yo en su lugar a quien quiera que haya pagado las cajas. SESTIFE-SAGEP, o ESTIBADORES DE TENERIFE, emblema de coordinadora incluido.Gracias.
Saludos.
Y en breve una derrama para el chiquito del Cómite que hoy lo han vuelto a pescar,a no ser que estuviese probando otra máquina como la vez anterior, PATÉTICO
ResponderEliminarotra vez? ahora lo llevaran al centro?
ResponderEliminarLa ley se aplica de distinta manera....
ResponderEliminarPor culpa del fos?
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