miércoles, diciembre 12, 2012

Las cestas de navidad o de cómo Esaú vendió su primogenitura por un plato de lentejas.


Cuenta la leyenda bíblica que Esaú, hijo mayor de Isaac y Rebeca, vendió a su hermano Jacob, sus derechos como primogénito a cambio de un plato de lentejas. Un precio bastante bajo para un derecho que en la época (y aún hoy) es considerado muy importante en algunas sociedades. Un precio que, quizás, Esaú pagó pensando más en el corto plazo, en la recompensa fácil, que en el futuro a medio y largo plazo.
 Viene bien este relato que aunque bíblico nos deja como moraleja la importancia que tienen los derechos que se han adquirido legítimamente, o que se han alcanzado a través de la lucha y tesón de una persona o colectivo. Además de mostrarnos que estos derechos deben ser defendidos como lo que son: “DERECHOS” y no ser devaluados por el mejor plato de lentejas que se nos pueda presentar, por mucha que sea el hambre que podamos tener.

Pero, ¿cómo encaja este relato en el discurrir de los días en el puerto de Santa Cruz de Tenerife y más concretamente en la estiba portuaria del mismo? La cosa no es sencilla de explicar por aquello de que se pueden herir algunas sensibilidades, es por ello que trataremos de ser muy escrupulosos en la explicación de lo ocurrido.

La cosa es que los estibadores de Tenerife veníamos, hasta hace bien poco, por estas fechas, obsequiándonos a nosotros mismos y a nuestros jubilados con la correspondiente “cesta” de navidad para regocijo de la “parroquia”. Esta iniciativa tenía de interesante que era un obsequio “patrocinado” por los estibadores, para estibadores y jubilados de la estiba y con ello no debíamos nada a nadie, o sea, nadie nos lo podía echar en cara y esto, como pueden imaginar, siempre puede ser una ventaja.

La cosa es que desde que comenzó la jodida crisis, y con buen criterio, se decidió suspender esta iniciativa por un tiempo, porque los fondos sociales no daban para más y también se entendió que el dinero de los mismos bien podría servir para necesidades más acuciantes tanto de compañeros en activo, como de compañeros jubilados. Así fue hasta las navidades de este año, fechas en las cuales se nos sorprende con un obsequio en forma de gran cesta (todo hay que decirlo) muy propia de estas fechas, con una importante “carga” de obsequios en forma de turrones, golosinas, bebidas espirituales (la conejada eufemística de las fábricas de bebidas alcohólicas), en cantidades generosas y de buena calidad. Tanto es así que la caja en cuestión venía provista de su correspondiente par de ruedas tipo “trolley” para poder desplazar con más facilidad su volumen y peso.

Vaya por delante nuestro más sincero agradecimiento por semejante obsequio, pues es de bien nacidos ser agradecidos, agradecimiento que es del todo sincero, no lo duden, pero haciendo mías las palabras de una persona con la que tuve el placer de hablar no hará mucho, persona con la que tengo puntos de vista bastante divergente en según qué cuestiones, pero que si convergemos en lo que sería más importante, que es sacar esta sociedad de estiba adelante y con ello también a nuestro puerto., pues como decía, haciendo mías sus palabras solo me resta decir aquello de: NO ERA EL MOMENTO. Pero por qué no lo era o por qué no lo es. En primer lugar, si este obsequio es una iniciativa que no conlleva contrapartida alguna, entonces no es el momento porque nuestra sociedad vive en la actualidad una situación LÍMITE, porque hay gente en la calle que pasa hambre y hablo en sentido literal, hay gente en Canarias que pasa hambre, hay gente en Canarias que tiene hijos que pasan hambre, hay gente en Canarias que están pasando necesidad, que no tienen casa, en resumen, que no tienen esperanza, luego por todo ello, NO ERA EL MOMENTO, y no lo era por mera solidaridad, con los necesitados.

Nosotros los estibadores, a pesar de las “penurias” que estamos pasando, todavía tenemos trabajo y por ende todavía tenemos esperanza. Entendemos que deberíamos mostrarnos más solidarios con los que sufren por medio de gestos, cuando no de acciones, que nos muestren como trabajadores y como ciudadanos que saben del sufrimiento de nuestros compatriotas y se solidarizan con ellos en estos momentos tan duros, por eso entendemos que no era el momento y que quizás era más la ocasión para un gesto, para una acción, para una iniciativa solidaria, no sé, quizás donar esa cantidad de dinero a los más necesitados, cualquier cosa que nos presentara como colectivo solidario. Por eso cuando veo la caja no es que me trasmita demasiada alegría, precisamente.

Bien, dicho esto y en otro orden de cosas, y referente al tema de las cestas, hablaba de la particularidad de que este obsequio fuera un regalo sin contrapartida y repito aquello de que no sería un buen momento para tal obsequio. Pero qué hay de lo que se comenta, de los rumores que se oyen y que dicen que este regalo es una contrapartida ante la “exigencia” (¿?) de un derecho como sería la equiparación salarial con la subida del IPC anual, equiparación que llevamos toda la crisis, y algo más, sin que se produzca. Bien ante esta segunda opción bien me viene el principio de este escrito, aquello de la historia de Esaú y Jacob, que sería ahora cuando encaja en él.

Bien, cambiar derechos por comida, este sería el resumen de la historia en ambos casos. Esaú lo hizo por un plato de lentejas y el comité de empresa lo habría hecho (a falta de confirmación) por una cesta de navidad.
Algunos estibadores tenemos por costumbre, en tertulias informales de calle o a pie de muelle, definir al mayoritario por algunos motes, esto es algo reciproco, me consta, además de ser  absolutamente normal en un gremio como es la estiba portuaria. Algunos hablan de LA RECAUDADORA, y otros hablamos de LA GESTORÍA y es este segundo el que define con mayor exactitud (en mi modesta opinión) las maneras en las negociaciones que vienen desplegando los compañeros afiliados al mayoritario y que forman parte de la comisión de negociación del comité de empresa.

Presentarse en una reunión de paritaria no debe ser algo fácil de llevar, es mucha la responsabilidad que conlleva, por ello entiendo que lo importante es tener una buena “caja de herramientas” para afrontar los problemas y discrepancias que se puedan presentar en el momento del encuentro en cuestión. Como toda buena caja de herramientas, ésta debe ir bien provista con un número adecuado de utensilios, que sean del todo útiles y muy prácticos, por eso, nada de saturación, nada superfluo, nada bello y arquitrabado a la vez que poco práctico. No sé, por hacer un pequeño listado quizás: mucho sentido común, rápida capacidad de análisis, un buen glosario de argumentos y mucho de firme convicción de cuáles son las fronteras que no se deben rebasar y por tanto cuales son los derechos a defender.

DERECHOS, este sería el eje vertical del sistema “ortonormal” sobre el que debería equilibrarse una estrategia sólida en materia laboral. Derechos y no cantidades, ese sería un mantra a repetir, que daría sentido a nuestra demandas y/o reclamaciones. Por eso desde el punto de vista sindical se negocian derechos y algunos de ellos llevan aparejados cantidades, siendo el primer objetivo y prioritario, el derecho y el resultado colateral, la cantidad. Por el contrario, desde el punto vista de una GESTORÍA (de ahí el mote)  el derecho pasa a ser algo irrelevante y cobra protagonismo la cantidad, siendo esto así, dicha cantidad puede ser motivo de regateo (digo regateo que no negociación) tipo zoco turco, de trueque, de cambio o de subasta al mejor postor. El problema de obrar de esta segunda manera es que los derechos quedan devaluados y pasan a ser mercancía y como tal tratada en un mercadeo más propio de países islámicos donde el comercio se entiende de una forma bastante informal.

Por todo ello, entiendo que cambiar (si fuera cierta la afirmación que comenta que este tema fue anunciado en asamblea, asamblea de COORDINADORA, por supuesto, pues no todos los trabajadores fueron convocados a ella.) derechos por cestas es un mal “negocio”, pues degradas el valor de un derecho y lo equiparas al que pueda tener dicha cesta, por muy grande y apetitosa que esta pudiera ser, pero que aún así, no llegaría a cubrir el significado que puede tener el reconocimiento de una derecho consolidado.

Debemos tener muy presentes que los sindicatos demandan derechos, las gestorías demandan cantidades.

Felices fiestas y que la crisis y el gobierno del PP pasen muy rápido.

Saludos. 

5 comentarios:

  1. Pues no se si alguien se habrá fijado en la etiqueta del precinto.Es para fotografiarla. "ESTIBADORES DE TENERIFE" les desea felices fiestas. Si es como nos han dicho en la asamblea,debería de poner SESTIFE-SAGEP les desea felices fiestas.
    Esto tiene toda la pinta de que se han pagado del FSP.En fin, tarde o temprano se sabrá la verdad.
    En este caso,2 vecinos del barrio donde vivo celebrarán la nochebuena con algún turrón y algun embutido,brindando con rioja ,cosa que agradezco yo en su lugar a quien quiera que haya pagado las cajas. SESTIFE-SAGEP, o ESTIBADORES DE TENERIFE, emblema de coordinadora incluido.Gracias.
    Saludos.

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  2. Y en breve una derrama para el chiquito del Cómite que hoy lo han vuelto a pescar,a no ser que estuviese probando otra máquina como la vez anterior, PATÉTICO

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  3. otra vez? ahora lo llevaran al centro?

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  4. La ley se aplica de distinta manera....

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