La estiba no es un parvulario (o al menos no debería)

Es curioso comprobar que a pesar de estar rodeados, en nuestra vida cotidiana, de un número ingente de seres humanos adultos, algunos conocidos y otros completamente desconocidos, bien es cierto que en numerosas ocasiones tras esa fachada de aspecto adulto hay multitud de personas que no mantienen una concordancia entre su aspecto físico y sus actitudes psíquicas, su comportamiento, para entendernos.

Todos tenemos algún conocido entre nuestro grupo de amigos que se coge monumentales pataletas cuando no le dan la razón, se “amula” cuando no se hace lo que el sujeto quiere y en resumen, que se comporta de manera infantil cuando hay algo que desestabiliza su mundo de ilusión y fantasía, ese donde vive encerrado ausente y absorto de la realidad que le rodea.

Que tengamos un vecino que encaje en este patrón de comportamiento la verdad no es algo que nos complique mucho la existencia, pues quizás tengamos que oír sus estúpidos lamentos muy de cuando en cuando dentro del minúsculo habitáculo de un ascensor o puede que en alguna ocasión te lleguen sus balbuceos, lloros y pataletas desde algún rincón de un amplio garaje comunitario y por ello,  hay que reconocer por puro cálculo estadístico; el que te encuentres en estos casos, será una minúscula gota en el inmenso océano que forman los minutos y segundos que componen una vida media.

Pero que sucede cuando es tu lugar de trabajo el teatro de operaciones donde despliega, este aprendiz de actor de vodevil, sus infantiles ocurrencias, en este caso, qué duda cabe, la situación cambia sustancialmente pues, por gracia o por desgracia, el tiempo que pasamos en nuestros puestos de ocupación es bastante más largo que el que podemos pasar en el citado ascensor, o en el citado garaje. 

Es por ello que aguantar a una serie de individuos con este complejo de “Peter Pan” mientras te encuentras en plena faena o cuando estás en los previos de la misma, tomándote un café o hablando amigablemente con algún que otro compañero del tajo, se hace a veces una tarea bastante pesada y tediosa. Ello lo digo porque para interactuar con estos nenes en cuerpo de adulto debes armarte de paciencia y no rebajarte hasta su “altura” por aquello de que sea uno solo el que haga el hilipollas, que con uno que se exhiba en semejante actitud creo que vamos sobrados.

Pero es que si nos ponemos más meticulosos, o sea, si en vez de brocha gorda usamos el pincel, podemos empeorar, aún más, la situación, porque, imagina que el inmaduro es, dentro de tu empresa, miembro del comité de la misma, amigo “ahí me han dao”. En este caso te toca lidiar con algunos (Subrayo lo de algunos) individuos que a pesar de las responsabilidades que tienen y el rol que deberían desempeñar, por ejemplo preocuparse de la situación de los trabajadores en la empresa, o devanarse los sesos por encontrar más faena para darle estabilidad a los puestos de trabajo y equilibrar el número de turnos por trabajador, por contra los ínclitos, pierden el trasero elucubrando maquiavélicos planes para contrarrestar el supuesto contubernio orquestado por un reducido grupo de trabajadores que han tenido “la osadía” de abandonar su afiliación en el sindicato mayoritario para iniciar una nueva andadura en otra formación sindical del panorama nacional y además, por si esto fuera poco, han tenido la desfachatez de conseguir que un abogado, de un ilustre sindicato, no cobre un tributo en forma de impuesto a unas empresas a través de un fondo social de unos trabajadores – que vaya usted a saber porque lo hacían así- de locos, oiga.  Pues en esas estamos, ahora cada día al llegar al tajo esperamos con cierta curiosidad, todo hay que decirlo, con que elaborado y arquitrabado plan de “contraataque” nos van a sorprender estos buhoneros del sindicalismo.

Un día te encuentras con aquello de: Rabeeeaaa, rabeeeaaaa que no te represento, que no te represento, Chincha, rabiña, tengo una piña con muchos piñones y tú no los comes y claro que te entra un poco la risa porque a la petición de: -dámelo por escrito-…. SILENCIO….

Después a los pocos días te obsequian con lo que sería en términos circenses, un doble mortal hacia atrás y sin red respecto a actitudes infantiles e inmaduras con aquello de: que vamos a repartir los móviles y a ustedes no se los vamos a dar nosotros, que no nos juntamos, cruz y raya para toda la batalla, que se los entregan en la empresa en otro departamento y además los tuyos van a ser los últimos; Chincha, rabiña, tengo una piña con muchos piñones y tú no los comes… -ya ves tú que preocupación, esta noche creo que no voy a dormir- y así un largo etc., etc. que no hace más que mostrar la talla que tienen algunos miembros (vuelvo a subrayar lo de algunos) de un comité de empresa como lo es el de SESTIFE – SAGEP que no es el kiosco de Merche precisamente. Viendo este tipo de soplapolleces entiendes que estemos como estamos, con menos de 13 turnos/mes, con el sueldo congelado desde hace ni se sabe cuántos años, con una situación calamitosa en el sistema de trabajo, con la instauración de peticiones diarias de operarios a la carta y la organización del mismo trabajo a gusto del consumidor, además, viendo como la insolidaridad, la desidia el inmovilismo y el desánimo de instalan, para quedarse, en el colectivo pero no, en esas cosas no puedo perder el tiempo que tengo que “putear” – ¡que me meo! – a los “traidores” a la causa; valiente grupo de niños de teta, vaya los representantes del mayoritario de la estiba en España, más valdría que esos lugares los ocuparan Tommy y Annika los amigos de Pipi Lanstrump que seguro alguna buena idea se les iba a ocurrir. Pero que se le va a hacer ya se sabe lo que se dice en estos casos “Roma locuta est, causa finita est” y si el pueblo los puso, que sea este el que los quite, no queda otra.

Nosotros, por lo pronto seguiremos a lo nuestro, o sea, desde nuestra humilde posición, intentar mejorar las condiciones de los trabajadores e intentar mejorar, también todo aquello que rodea y es accesorio del trabajo de la estiba portuaria en el puerto de Tenerife, para entendernos, si tenemos que poner “patas arriba” un fondo social, pues nos dejaremos el aliento en el intento, porque entendemos que es bueno para los estibadores y por ende es bueno para nosotros (y para los “Peter Pan” también, aunque ellos no lo crean) y quien dice un fondo DICE CUALQUIER OTRA COSA, dicho queda, que móviles tengo 2, viejos, pero que funcionan perfectamente, o sea que ya ves tú.

A madurar señores que la estiba portuaria no es lugar para niños,
que miren como estamos:
El Puerto dejó de recibir 1,1 millones de toneladas de mercancías...
El tráfico en el recinto capitalino registra una caída del 8,1% en un año.