Que las prisas son malas consejeras es una verdad palpable y lapidaria, son múltiples los ejemplos que corroboran esto que decimos. En el caso de la estiba portuaria ésta nos viene dada por la premura con que desde Bruselas presionan al gobierno español –según el ministro, ojo- para sacar adelante un decreto –que 30 días después se convertiría en ley- para la reforma de la estiba portuaria, según el dictado de la sentencia que nos viene dada por el tribunal de la UE con sede en Estrasburgo.
Después de una semana intensa donde la estiba española ha tenido que echar toda la leña en la máquina, para detener –paradójicamente- la locomotora del ministro De la Serna, hemos podido comprobar que improvisar no se le da mal a los estibadores, pero que si estuviéramos hablando de un concurso de “recortes” los morlacos estarían paseando sus pitones demasiado cerca del serrano cuerpo de los trabajadores portuarios, con el riesgo que ello conlleva, una fea cogida al mínimo despiste.
Ahora todo ha caído a una aparente calma "chicha" donde las partes han sido llamadas a negociar y desde el gobierno se han dado un plazo de una semana para volver a la carga. Luego las sillas de la mesa de negociación son lo que se dicen sillas calientes, a ver quien se quema antes.
De lo ocurrido en estos días algunas cosas a destacar, por ejemplo hemos oído las quejas desde el bando sindical de como, ahora sí, tienen la certeza que toda la administración del estado –Llorca a la cabeza- no hizo lo suficiente para defender la estiba en el frente que abrió la UE cuando presentó la denuncia –a instancias de vaya usted a saber quién o quienes- y además han alcanzado la certeza, también, que hay una parte del bando empresarial que desea una liberalización total de la estiba portuaria, desregulación pura y dura. Por nuestra parte celebramos que los sindicatos más representativos en el sector hayan alcanzado esta verdad, aunque lo haya sido de manera tan abrupta, pero lo dicho, alegrarnos y de paso darles la bienvenida al club de los crédulos-incrédulos, la única duda es ver cuánto duran como miembros del mismo.
En otro orden de cosas, hemos tenido acceso y leído el acuerdo al acuerdo al que, supuestamente, se han ido adhiriendo las diferentes empresas estibadoras y navieras tras la “trifulca” de la pasada semana. El acuerdo en sí, lo es de continuidad -o al menos pretende serlo- salvo algunos matices que en parte son los ineludibles, producto de la imposición de la sentencia y otros que no entendemos muy bien y que nos preocupan un tanto. Además tenemos los que hemos denominado, “producto del arrepentimiento” y que son una vuelta atrás en las cesiones que hicimos a la patronal y al gobierno en la firma de la ley de puertos 2/2011 de 5 de septiembre.
En un resumen somero de lo leído podríamos hablar de los CPE (centro portuarios de empleo) de su constitución, de la no obligatoriedad en la participación por parte de las empresas con licencia del servicios portuarios, de la creación de más de un CPE, de como una AP puede tener un solo CPE para sus diferentes puertos o como un CPE puede “surtir” de trabajadores a varios puertos con proximidad geográfica.
Podríamos hablar también, de los REPOR (registro de estibadores portuarios), un registro que se creará y tendrá carácter nacional con el objeto de garantizar la capacitación profesional de los trabajadores que prestan el servicio portuario de manipulación de mercancías, así como favorecer el libre acceso a la profesión. Según el enunciado, los trabajadores registrados tendrán prioridad para el empleo en las actividades del servicio portuario de manipulación de mercancías. Este, en nuestra modesta opinión, va a ser uno de los principales escollos a salvar tanto con el gobierno del estado como con la UE, pues de facto, limita la libre circulación de trabajadores dentro del espacio de la UE, al tener que pasar por el tamiz de un registro para su incorporación a una empresa de estiba cualquiera, difícil cuadratura esta la que nos espera. La única duda que nos queda a este respecto es la parte donde dice: El Registro (REPOR) tendrá carácter público y se constituirá como base de datos informatizada. ¿Público, entendido desde el punto de vista de publicidad..?
Las empresas, en cuanto al modelo de contratación, lo podrán hacer, bien a través de la relación laboral común (RLC) con un contrato PREFERIBLEMENTE indefinido, bien a través de la relación laboral especial (RLE) bien a través del CPE creado o bien a través de uno propio,.. todo esto va a ser muy “divertido” si alguien no regula este auténtico galimatías (modo ironía: on)...
Continuará

No hay comentarios:
Publicar un comentario